
Estamos esperando el momento justo para no arrancar nada ni terminar nada. Es longitud de las notas de esa canción quieta que rodea un mate que nunca compartiremos con nadie.
De todas las palabras que existen que podamos decir, la única que no decimos es la que no entendemos. No la decimos no porque no la entendemos sino porque es la que más hacemos.
Somos el granizo que choca contra la laja del camino que llega a un hogar lleno de amor que alcanza pero que nunca alcanza. Y nunca alcanzará mientras alcance.
Estamos listos para transformar las nubes en agua, el gusano en mariposa, la mano en aplauso, la rima en poesía. Somos los que miran desde lo alto estando desde lo bajo.
Los que nos abrazamos cuando la primavera nos llena de pétalos y nos encuentra mirando la ventana hacia aquello que nunca pero siempre, lograremos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario