viernes, 26 de abril de 2019

Los inodoros de Santiago


Dice la leyenda que a principios de los ochentas en la zona sur del conurbano vivía un señor que tenía el don de conseguir inodoros, llevarlos a quien lo necesitara e instalarlos.
Se hacía llamar Don Santiago. Era flaco y de pelo entrecano. Caminaba lento como arrastrandro las piernas. Pantalón de corderoy marrón, camisa blanca. Su ojos pequeños no impedían ver sus párpados caídos como alimentando su imagen de cansancio.
Nadie sabía dónde los conseguía los inodoros, pero nadie le preguntaba.
Por alguna extraña razón, podía identificar la necesidad del artefacto. Una vecina del barrio de Gerli contaba que solía verlo mirando casas en construcción, sin embargo, nunca llegó a comprobarse la veracidad de esos dichos.
Si cualquier persona empezaba a pensar en la necesidad de comprar un inodoro, Don Santiago giraba en la esquina y aparecía en la casa cargando uno. Así nomas, sin envolver. Lentamente llegaba a la puerta de la casa, bajaba al piso el inodoro, en silencio le ofrecía un saludo con su mano y entraba a la casa a instalarlo.
Nadie nunca se atrevió a detenerlo.
Luego de una hora, se lo veía salir con su andar cansino y girar nuevamente en la esquina.
Don Santiago se ocupó de percibir necesidades hasta fines de los noventas que enfermó seriamente de los pulmones.
Las últimas veces que lo vieron, tosía mucho y cargaba inodoros con mucha dificultad.

Los restos de Don Santiago están en el cementerio de Lanús desde el invierno de 1999. Una multitud de gente lo despidió. Desde esa fecha, muchos vecinos agradecidos con el trovador de baños decidieron crear una fundación para recordarlo y valorizar la función social cumplida.

Hoy, la Fundación Amigos del Inodoro “Don Santiago” es uno de los pilares en la búsqueda, entrega e instalación de inodoros de la zona. Enfocan su tarea en aquellos que no puede cambiarlo por cuestiones económicas o afectivas realizando asistencia y tutorías. Además, han desarrollado un “banco de inodoros” en dónde se producen intercambios solidarios. 
En la sede de la fundación, puede verse una foto de “Don Santiago” con la leyenda “vos siempre pensando en nuestros inodoros y nosotros siempre llevándote  en nuestros corazones”.



Dedicado a Santiago y a Victoria, fundadores del banco de inodoros, por ser inspiración para la sonrisa.




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