viernes, 5 de abril de 2019

Incondicionales

El misterio de tus ojos encierra tanta duda como certeza. Hay una mano que cuida tu transitar y tal vez sea una mano de seis dedos en donde el sexto es solo el indicio del exceso. Esa mano se convierte en abrazo que descansa. Los descansos estimulan las realidades para convertirlas en acción posible. Tus descansos no miden los vértigos pero desafían instintos. El abrazo se torna preocupante por culpa del sexto dedo, pero la preocupación no es tal cuando parece que se entiende todo. Tu todo es tambien un misterio y no hay un todo misterio que no sea atractivo. El misterio de tus ojos se convierten en mano y luego en abrazo y luego en vuelta a empezar como si nada hubiera existido. Pero existe el nada misterio y esta en tus ojos de a ratos. Está en ese instante de abrazo que descansa y que, cierto y para nada misterioso, no tiene ni tendrá condiciones. 

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