sábado, 19 de enero de 2019

Roberto


Roberto debe tener alrededor de 35 años. Hombre de campo, tez morena, andar cansino. Viene y va en moto y siempre lo sigue su perro. Un medianito color té con leche que no lo deja a sol y a sombra. Tanto es así que tiene heridas en su cuello de sortear perros ajenos sólo por seguir los pasos de su amado dueño.
Roberto vive cerca de la ruta 41. Una casita modesta que casi no es casa. Es divorciado, tiene una niña de unos diez años y un niño de apenas 3. A veces la hija lo acompaña en su moto, a veces caminando, otras veces no lo acompaña.
Roberto se ocupa de cuidar las casas de los dueñxs de la tierra. Esos que en mayor o menor medida tienen la posibilidad de tener y a su vez de generar trabajo para otrxs. A veces bien, otras veces mal. Lxs dueñxs de las grandes porciones de tierra son terratenientes y están  lxs otrxs que tienen parcelas más pequeñas. 1
Roberto conoce a todxs los dueñxs de la tierra. Los que más, los que menos. Los antiguos y los mas nuevos. Trabaja para lxs dueñxs de la tierra que me alberga, le da de comer a los gansos, a las gallinas y al gallo, al pato y a los conejos. Pasea a los dos petisos y los reubica constantemente sobre la verja. Cuida la pileta y mantiene que todo marche sobre ruedas. Viene en su moto a mediamaña y cruza la tranquera roja caminando. Hace lo mismo a eso de las siete de la tarde.
Roberto también hace lo mismo con otros campos y es trabajador temporario de las plantaciones de la zona. Conoce el clima y la variedad de siempre. Y quién siembra qué. Anteriormente, cuenta, este campo era de una sola persona, quién fue loteando y vendiendo sus campos. Pero lo que no vendió es la plantación de nueces de pecan que se alzan sobre el campo vecino. Los árboles tienen ocho años y aún no llegan a la plenitud de su cosecha. Las nueces de pecan se exportan y la familia terrateniente se dedica casi con exclusividad de ellas. El proceso de producción es sencillo, el riego es automático y como se encuentran plantados en líneas basta con organizar el riego. Sólo una vez por año se fumiga.
Cuando es época de cosecha, Roberto y dos o tres más trabajan manualmente para la recolección. La tarea es sencilla, se ponen lonas bajo los árboles y se sacuden las ramas, porque cuando esta maduro el fruto muchas caen solas. Otras son más remolonas y necesitan ayuda.
Sigue contando Roberto que crecen 3 tamaños de nueces, las grandes, las medianas y las pequeñas. Las dos primeras tienen destino de exportación y se venden a precio dólar. Las pequeñas quedan “ahí tiradas”. Es descarte para lxs dueñxs, pero una pepita de oro para Roberto y sus compañeros. Ellos se quedan con las pequeñas, las fraccionan, las embalan y las venden. A precio dólar. “Salvamos la temporada”, sigue diciendo.
El año sigue matizado con las nueces y el mantenimiento de campos y de los animales que los habitan.
Roberto conoce de animales, entiende lo que necesitan para alimentarse. Tiene en su moto bolsas de maíz que traslada cuál delivery urbano.
Cuenta que este Enero ya llovió más que los últimos 5 años. Qué esta raro, que las calles se convierten en intransitables y que no todas tiene tosca necesaria para desplazarse con los autos.
Allí va el hombre, pocas palabras, tono tranquilo, apenas sonrisa.
Algo de la historia de Roberto tan sólo porque todxs tenemos historias.



1 Todas las definiciones de terrateniente son masculinas, no existe margen vincular el concepto con la mujer. Bases de patriarcado.

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