lunes, 15 de junio de 2009

Payasos

La palabra crece a pasos agigantados. Un hombre camina encorbado buscando el lugar en dónde encontrar las mentiras que la vida le había presentado sigilosamente. Para buscarlas no hacía mas que ponerse una nariz de payaso roja tapada con un pañuelo para disimular la mirada de los demás. Salía asustado a la calle, presto con su equipaje de búsqueda. La nariz roja era de plástico blando que actuaba de filtro. Podía oler entonces las mentiras más grandes, pero también las más pequeñas. Parece raro poder oler las mentiras sólo convirtiéndose en payaso.
La nariz derivaba en un proceso de transformación de su propio yo. Era inevitable una vez que se colocaba la nariz sentir la necesidad interna de pintarse la cara de colores blancos y rojos. Un día fue a una perfumería y solicitó una base blanca. La vendedora encantada de poder vender esa base tan blanca como un copo de nieve le regaló un descuento especial de quince pesos. La bases blancas no son baratas, sobre todo cuando su envase supera en largos gramos estándar de cualquier crema demaquillante o rejuvenecedora. El hombre salió de la perfumería con una bolsa cargando los cuatro kilos y medio de base blanca. Cuanto más base, más nariz y más mentira. El rojo de la nariz parecía conectarse con el rojo del lápiz con que se pintaba los labios.
Ni un pañuelo grande alcanzaba para disimular la búsqueda. Pañuelos de seda de colores llevan a pensar en la vida de la abuela que los usaba o de la tía viejita que lo enrrollaba en el cuello sólo para taparse del frío matinal. Los pañuelos son pedazos inútiles de tela que no tienen más sentido que enrollar cuellos o narices. Si los pañuelos fueran animales serían boas y tendrían veneno, el veneno de la tristeza de esconder narices de payaso y bases blancas para encontrar mentiras.
El hombre pintaba así una lágrima en su cachete. Los cachetes son depositarios de lágrimas. Son el cause que crea el propio cuerpo por donde se proyecta el agua salada que emana de las entrañas aungustiosas o felices, son el cause que se crea como consecuencia de causar causes.
La lágrima pintada en un cachete oía la tristeza del cause que no es. Crear una gota oscura para imaginar un cause que encuentre las mentiras más blancas que jamás se hayan visto. Un cause de río salado y negro creado para hacer reír a los planetas mas lejanos del universo.
El hombre se tapa así con su pañuelo mientras camina con sus pantalones de seda roja y tiradores de elástico. Y el rojo le cae sobre la cara blanca y la lágrima negra. Las mentiras se convierten en seres inquietos que caminan observando el pañuelo de la abuela canosa y de los tiradores que sostienen pantalones mentirosos.
La palabra crece a pasos agigantados. El hombre camina encorbado buscando el lugar en dónde encontrar mentiras. Y la sonrisa roja es lágrima negra sobre un cause blanco.

1 comentario:

Carla Valicenti dijo...

El mundo está lleno de payasos mentirosos... podría hacer una lista larga y heterogénea

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