viernes, 15 de agosto de 2008

Pelota de trapo


Su voz suave enciende cascabeles tristes, el ojo en la rama deslumbra cabezas pequeñas que juegan con almohadones. El sol empaña los instintos de encontrar las palabras justas para convertirlas en sonrisas y en entregas. Y una pelota de trapo que se amasa cada vez más. El pelo corto, la mesa servida, dar por dar. Y la vos dulce y la sonrisa. Pero en la oscuridad amasa la pelota de trapo. Piernas delgadas y música al hablar. Siempre ternura en palabras y en gestos. Todos sí, ningún no. Y cuando la soledad agobia, amasa la pelota de trapo. Miradas perdidas, devoción por quién cobija, alegría de no entender. Preguntas que siempre parecen no ser necesarias, respuestas sin oídos. Sólo sonrisa y convicción de sentirla. Y esta más oscuro, entonces amasa la pelota de trapo. Fragilidad que irradia bastones del alma. Dulzura que estremece gritos. Mirada perdida. Y amasa. Amasa una pelota de trapo ya deshilachada y cada vez más chiquita. Su mirada perdida, su eterno no ser, su sonrisa triste. Y la mano cada vez más lejos y más cansada. Esa mano que amasa una pelota de trapo.

En homenaje a mi tía Niní.
Es hora de estar tranquila.
Me queda tu dulzura y tu sonrisa.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Llore, me hiciste llorar,
en recuerdo a mi cuñada, que como vos decis fue dulzura,y ahora esta con el Señor descansando .....
hasta siempre Nini, hasta siempre

seguro estas jugando a las cartas con pepi

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