Entendemos que somos parte de una
cultura que no se puede cambiar con sólo pretenderlo.
Acompañamos los procesos ajenos de
cada una y de cada quien.
Ya no estamos sentadas a al espera de
la igualdad.
La igualdad de las palabras y de los
hechos.
La igualdad laboral, la económica, la
social y la cultural.
Ya no estamos imaginando realidades
imposibles.
La realidad del que no ve, del que no
quiere ver.
La realidad de saberse parte de una
transformación imparable.
Somos aquellas de la vanguardia que
extreman todo lo necesariamente extremable.
Somos aquellas tímidas que dudan en
pensarse fuera del mandato.
Somos todo lo que queremos ser.
Somos aquellas que aprendemos a ser.
Somos libertad para decidir sobre
nuestros cuerpos.
Somos luchadoras exigiendo mirar y ser
miradas.
Somos conciencia e inconsciencia.
Somos
madres e hijas.
Somos miedo que se deshace.
Somos llanto que enseña.
Somos sonrisas que nos abrazan.
Somos cada muerte que nos provocan
sabiendo que la intención es que lo sintamos.
Somos la historia.
Somos la transformación.
Somos porque somos todas juntas.
Somos canciones de miles y silencios de
nadie.
Sabemos que somos mujeres y sabemos lo
que ello implica.
Comprendemos que somos parte de una
cultura que cambiará nuestra historia.
Sabemos que somos por y para nosotras. Y nos hacemos cargo.
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