jueves, 28 de enero de 2021

Titilar


Ellos solían mirar hacia el cielo. 

Lo hacían por horas, mientras trataban de encontrar estrellas nuevas. Se les hacía muy difícil porque cada noche titilaban otras distintas.

El titilar de las cosas hace a la intermitencia y permite estar y no estar en apenas segundos. Para ellos ese titilar era irreal porque no había ausencia. 

En la noche comprendían que el cielo era lo que les daba razón a estar. Cuando las nubes tapaban todo, ellos seguían mirando sólo porque de noche tienen un color distinto al de día. Ese color indefinido pero nunca blanco o negro les inspiraba el deseo de la lluvia para que vuelvan las estrellas y  que la oscuridad clara les volviera las estrellas que titilan.


No es el cielo, es la permanencia de las cosas por sobre todo lo que titila.

Y la permanencia no es necesariamente estática. Es ser. Siempre.


Ellos solían mirar hacia el cielo. 

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