Mientras uno está sentado esperando comer ñoquis, los mosquitos tienden a darse cuenta que la
inactividad humana tiene como ventaja poder posarse en pieles y poros.
Si posarse fuera la única circunstancia no habría mayor
problema. Pero lamentablemente, ningún mosquito tiene una visión filosófica del
humano y su actividad.
El mosquito pica y se deleita absorbiendo sangre
inactiva. Perdón, activa.
Porque el cuerpo espera en quietud, pero la sangre
fluye. Se mueve por venas y arterias.
Nunca esta quieta. La sangre no espera,
no puede. El mosquito tampoco. Y para nada le importa la hiperactividad de la
sangre.
La sangre es roja, pero el mosquito ve en blanco y negro.
Porque para que existan colores rojos debe haber colores extremos. Como
blancos, o como negros. Y como es sabido, el rojo no es extremo de ningún otro
color. A lo sumo es sangre y la sangre no es blanca o negra. La sangre es,
simplemente, alimento de mosquito.
El mosquito se alimenta de sangre, y
el humano de ñoquis.
Porque si comiéramos sangre seríamos
vampiros, si es que existen en realidad los vampiros. Pero queda a la vista que
hay otros alimentos más interesantes para el humano, sobre todo en relación al
tamaño corporal que dista significativamente del mosquito.
Los ñoquis tienen una proporción adecuada para
ser ingeridos por humanos.
No así por mosquitos. Porque los ñoquis son pequeñas
acumulaciones de masa hechas con el fin de comerse un día en especial y con la
incomprobable función de reproducir económica y financieramente al humano que
los consume. Solo y sólo si le ofrendan dinero en el mientras tanto. Algo tan
irracional como la visión en blanco y negro de un mosquito.
El mosquito tiene la posibilidad de comer
sangre de un humano inactivo mientras éste espera un plato de ñoquis que lo va
reproducir financieramente. Entonces, entendemos de la existencia de la cadena
alimentaria y de cómo el hombre, la sangre
y el dinero siempre son parte de ella.
Viene la época de mosquitos y yo
sentada en la mesa esperando comer ñoquis caseros.
1 comentario:
Creo que cada cosa esta puesta en su lugar, el mosquito debajo de la palmeta, la plata debajo de los ñoquis y el humano debajo de la Naturaleza.
irma
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