Hay lugares a los que nunca voy.
La colectora de General Paz, entre la Av. San Martín y Av. Constituyentes es un paseo arbolado. Un camino con cielo verde.
Cuando uno se para en esa parte, siente que esta lejos de todo.
Hay un complejo de muchos edificios del lado de Capital.
Del otro lado, en Villa Martelli, está el I.N.T.I.
Y todo finaliza con el gran Inodoro de Porcel.
Ese lugar, al que nunca voy, es donde fui hoy.
¡Lindo día para hacer un asadito!
La lluvia, el viento y el frío asechaban mientras cruzaba General Paz hacia provincia, el puente peatonal. Cosa que tampoco había hecho jamás.
Encapuchada, con los pies algo mojados y peleando incansablemente con el viento que me tiraba gotitas congeladas de lluvia, comencé a sentir el aroma a Eucaliptos. Ese olor tan penetrante, tan natural, alto y misterioso.
Sus hojas, alargadas estaban por todo el piso y unas pelotitas cónicas que son fruto, se esparcían en cada paso que daba.
La lluvia le daba un marco de naturaleza viva y real que tanto me trasladó a otro mundo.
Un lugar secreto, al que nunca voy.
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