sábado, 28 de junio de 2008

No te salves

No te quedes inmóvil
al borde del camino,
no congeles el júbilo,
no quieras con desgana,
no te salves ahora
ni nunca.
No te salves.
No te llenes de calma,
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo,
no dejes caer los párpados
pesados como juicios,
no te quedes sin labios,
no te quedes sin sueño,
no te pienses sin sangre,
no te juzges sin tiempo.
Pero si,
pese a todo,
no puedes evitarlo;
y congelas el júbilo,
y quieres con desgana,
y te salvas ahora,
y te llenas de calma,
y reservas del mundo,
sólo un rincón tranquilo,
y dejas caer los párpados
pesados como juicios,
y te secas sin labios,
y te duermes sin sueño,
y te piensas sin sangre,
y te juzgas sin tiempo,
y te quedas inmóvil
al borde del camino,
y te salvas;
entonces
no te quedes conmigo.


Mario Benedetti
Uruguayo, nacido un 14 de septiembre de 1920
Sin estudios secundarios completos, trabajo desde los 14 años en una empresa de repuestos para autos.
Vivió en Uruguay, Cuba, Perú, España y Argentina.

lunes, 16 de junio de 2008

Toc toc

Toc, toc
Quién es?
Soy yo, abrí
Quién es yo
Yo, sabés quien soy
Y qué querés a esta hora
Pasó algo
Y qué paso?
Abrime
No, no puedo
Porque?
No estoy solo
Con quién estás?
No te importa
Por favor, abrime
Te dije que no
Pero... es urgente, tiene que ver con vos
Conmigo?
Sí, con vos
Son las tres de la mañana...
Pasó algo, insisto, abrime
Corre peligro alguien?
Sí, sí.
Quién?
Vos
Yo?
Sí, estúpido, vos
Pará, que busco la llave.
Toc, toc
Sí?
Hola, soy yo, abrime
Quién sos?
Yo, sabés quien soy
No, y el otro?
Qué otro?
Antes vino alguien y llamó a mi puerta
Estás loco, dale abrí, es urgente
No, no puedo
Es importante, abrí te dije
No encuentro las llaves.
Buscálas, rápido.
Ok, ya voy.
Toc, toc
Ya voy, acá las encontré.
Me abrís?
Y ahora quién es?
Yo, sabés quién soy.
No, no lo sé.
Es urgente, no te hagas el tonto y abrí.
Por favor! Adónde se fueron los demás?
Qué demás? Estoy sólo yo.
Quién es yo.
Idiota abrí, estás en peligro.
Sí, ya sé ya me lo dijeron.
Entonces abrí, rápido.
No sé quién sos, no puedo abrir...
No importa quién soy, es tarde, abrí.
No, no puedo, no quiero.
Por favor, es hora, somos muchos, abrí.
No, por favor, ya entendí, no puedo abrir
No queda otra. Las llaves, ya.
No... por favor.

Informe policial
Se encontró cadáver, 5 de la mañana del 15 de Junio del corriente año, ahorcado con una sábana y con tres llaves atadas en su muñeca derecha.
Hora de deceso aproximada 03:10 hs
Carátulado como suicidio.
Fiscal de la causa: José Luis Raúl Sánchez

jueves, 12 de junio de 2008

Paseo

Un extraño destino
una oscura verdad
tan solo trapiezos
amar o callar
anduve caminando
por las calles al azar
por las calles vacías
Buenos Aires
Buenos Aires
Humedad

"Cae el Sol"
Soda Stéreo

domingo, 8 de junio de 2008

Mi vida sin mí


No es un título original. Es un plagio a una película que lleva ese mismo nombre.
Y ella es quien me disparó una reflexión o un sinfín de preguntas.
La historia: joven de 23 años casada y con dos hijas que no ha vivido más que esa vida. Y que por culpa de náuseas repetidas se entera que tiene una enfermedad terminal. Esta circunstancia genera un replanteo en su vida. Linda película, tema poco original pero el resultado es muy bueno.
Ahora, independientemente de la propia historia, me quedé pensando en cómo sería la vida sin mí (o sin cada uno de nosotros). Y en cómo uno hace o deshace para trascenderse. Qué es lo que hacemos o dejamos de hacer de manera genuina para con nosotros mismos y para con los demás. Porque considero que aquello genuino es lo que deja mella.
En mi vida, en “la vida”, perdemos la dimensión de las huellas. De las que podemos dejar, y gastamos energías apuntando a lugares que no nos interesan o por lo menos que no nos generan placer o pasión. O tal vez sí.
Entonces, pensé en cuáles son las cosas donde vale la pena ser, cuáles son las huellas que pueden quedar si uno repentinamente no existiera. Lo pensé en relación no sólo a quién se es sino a qué se hace. Y más allá de las cuestiones humanas sumé las laborales, las artísticas, las vocacionales y todas aquellas cosas con las que uno vive.
Mi vida sin mí y tu vida sin vos, esa es la cuestión...
"Mi vida sin mí" (2003) (My life without me)
Guión y Dirección: Isabel Coixet

martes, 3 de junio de 2008

Remera blanca sobre camisa turquesa

Sábado por la noche. Como ninguno, como cualquiera.
Lugar pequeño, oscuro. Abro los ojos mirando por primera vez a mi derecha. Remera negra manga corta sobre remera blanca manga larga. Miro adelante pero la brújula indica oeste. Vuelvo a mirar y mi corazón late. Es una máquina de golpear mi pecho. Zumbidos y murmullos que brotan de mi adentro. Cierro los ojos con la mano en mis bolsillos. Las siento transpirar. Una mirada que dice todo, que hace todo. Ojos miel que estremecen mis entrañas. Camino hacia la derecha con la mirada fija en un tatuaje de cuello. Me siento observada. Mis manos transpiran. Mi voz no sale. Estoy cerca. Hay golpes. Es mi panza, que despide rayos que seducen ojos. Es solo un metro. Alto. Hola. Mis ojos transforman la multitud en silencio y rozo mi mano con la otra mano. Mi cuerpo se estira como una serpiente entrelazada en un árbol. El sudor invadió mi cuello. Calor. Su mano toma mi cintura y se transforma en una montaña rusa de placer. Es esa mano en la concavidad de mis rincones. Se me cierran los ojos. No puedo abrirlos. El corazón late y mi humanidad despide lágrimas espesas. Su boca invade mi oído. Murmura. Sopla. Remera blanca en camisa turquesa. Mi piel se expande con ese rozar de labio en mi oreja. Escalofríos que me secuestran el cuerpo. Un cuerpo prestado a otro. Su mano invade mi espalda subiendo por los confines de mi columna vertebral. No puedo abrir los ojos aún. Tiembla mi cuerpo al sentir su mano en mi pecho. Toco suavemente el tatuaje con mi lengua. Descubro sabores nuevos que se mezclan con el sudor de mi piel. Mi respiración se entrecorta una y otra vez. Su boca destruye la última gota de conciencia. Me desplomo en el placer. Los cuerpos se entrelazan sin música. Sin ubicación. Sin sentidos. Mi cuerpo gira sin parar en una cornisa. Respiro y respiro. Se me entrecorta la vista y la realidad. Gotas que caen en mi sien. El movimiento de los cuerpos como olas embravecidas desgasta mi piel invadida de sensaciones. Entonces me sale la voz herida de placer que mueve piedras hasta el más allá. Y mis manos apretadas contra nada encuentran la medida justa para acallar la búsqueda de la inconsciencia. Y subo, subo al punto donde mi cuerpo se siente desfallecer. Subo más y más. Y busco el lugar de la inconsciencia. Y busco, y subo. Mis rincones rezan oraciones de cima. Y subo.

A propósito de las SAD

Estos últimos días, los clubes son parte de la disputa ideológica que tiñe esta previa de ballotage presidencial. Frente a la reaparición de...