domingo, 31 de mayo de 2020

Junio


Mañana empieza junio. ¡Habíamos planificado tantas cosas!
Se pasaron todos los meses envueltos en incertidumbre, nuevos pensamientos, nuevas formas de sentirnos.

Mañana empieza junio. ¡Habíamos imaginado tantas cosas!
Y el corazón nos despierta remolón de hacer por el miedo a no saber qué hacer o si va a servir lo que veníamos haciendo.

Mañana empieza junio  ¡Habíamos pensado tanto en salir!
Y navegamos entre imágenes pixeladas, compartimos mates lejanos, redimensionamos las  necesidades, miramos números, rascamos el fondo de las cuentas de los bancos.

Mañana empieza junio ¡Habíamos dejado tanto pendiente!
Nos enamoramos de las formas nuevas. Nos sorprenden las palabras. Nos entristece la falta de otras pieles en nuestra piel.

Mañana empieza junio. ¡Habíamos organizado tantas cosas!
Ya no es tanto tiempo. En vida normal apenas nos hubiéramos dado cuenta que el tiempo pasaba.

Y el tiempo pasó. Y sonrío a quien quiero sonreír. 
Pero mañana, empieza junio.

sábado, 16 de mayo de 2020

Tu ser, no ser.


Dedicado a los que aún mirando, no dejan de mirar.

Es el eco de la noche misteriosa, es el calorcito del sol que de noche no se ve. 
Es la flor que crece mientras miramos brotar las sonrisas.
Mis palabras envueltas en canciones descubren esas miradas tensas que relajan pensamientos vacíos de pensar.
El mundo se abre en cuatro partes de manzana verde ácida y mi mirada rejunta la sospecha de no ser.
Ser, no espanta las gotas de esa lluvia constante que desata melancolía por ser y tener.
Y ves mi cara envuelta en humo como la transformación tan sencilla como el deseo de tener todo para no imaginar nada.
Los pasos que damos son extraños, como artistas locos creando visiones inimaginables.
Tu ser, no ser, da color en una paleta cromática que ansia el silencio. Que espera el silencio. Que añora el silencio.
Habrá un misterio sin sentido cuando nos tomemos de los codos y me enamore de un sol que revolotea ese cielo que algun vez dejaste de mirar.



martes, 12 de mayo de 2020

The Truman Show


Como cada dos o tres días salgo con mi bici a comprar. En la ruleta del abastecimiento soy yo quien mayormente se ocupa del quehacer pues, de alguna manera es mi forma de reconectarme con el entorno, tan necesario para mi como hablar.
Así, viajo en bici, miro los árboles, las calles vacías, el sol matinal que ilumina el cemento, o las nubes que pasean tiñiendo de gris los días.
No me cruzo casi con nadie pero sonrío a casi todos y todas. Porque el salir me produce alegría de ver. Los demás que miran mi sonrisa seguramente creen que estoy medio trastornada y me sonríen. O por ahí solamente sonríen sin yo tener nada que ver.
Hoy volvía de mis compras, con mi barbijo y las bolsas de compras a cuestas y decidí cruzar la vía por la barrera opuesta a la que siempre cruzo. Quedé en el paso a nivel y cerquita de las vías. Justo salía el tren para capital. Me paré, agarré mi bici por su manubrio y esperé mirando hacia arriba el tren que imponente comenzaba a pasar frente a mí. Era altivo y ruidoso y quedé mirandolo hacia adentro, desde el abajo. Veia la gente que iba cómodamente sentada. Había lugar a pesar de la hora. Muchos asientos vacíos. Cada persona en el tren miraba por la ventana o para el frente o para abajo y tenían su barbijo como quien sale vestido. Los vagones pasaban y sentía la inmensidad desde abajo y lme asombraba  de las personas con barbijo. De repente pensé que no entendía bien que pasaba. Era un cuento o en una dimensión no real de la realidad. 
¿Cómo es que estamos transportándonos con nuestras bocas y narices tapadas, todos y todas?  ¿Cómo es que buscamos abastecernos como un medio de conexión social?
Esa gente y ese tren me llevaron a un extrañísimo lugar de descreer de la realidad vivida. Es una caricatura de vivir. ¿Es verdad todo estamos que estamos viviendo?
Mi cabeza giraba y giraba y los pensamientos en ella pero no lograban tener claro si somos lo que estamos viviendo o vivimos lo que somos. Por otro lado tampoco sabía cuán cierto es nuestra realidad. Al final casi confirmé que seamos la creación de un escritor o una escritora que decidió escribir un libro de ciencia ficción y que estamos viviendo esa vida creada, como Jim Carrey en The Truman Show.  
Y esa vida tiene un límite donde termina el mar, que es donde chocaremos y todo para darnos cuenta que todo era una maldita escenografía.

A propósito de las SAD

Estos últimos días, los clubes son parte de la disputa ideológica que tiñe esta previa de ballotage presidencial. Frente a la reaparición de...