Tenía miedo
de mostrar esa parte mía. Podría llamarse oscura o bien, débil.
Me propuse
construir una imagen sobre mí misma.
Un día, mientras me miraba al espejo descubrí que la
mirada de enojo tapaba la de duda. Ejercité el enojo.
Busqué entonces algunas maneras poco convencionales
para sostener el enojo frente a algunas otras personas dudosas que hacían
esfuerzos para sostener el enojo.
Así fue, que todos los que estratégicamente
convertidos en miradas de enojo como resultado de evitar la mirada dudosa nos
juntamos a pensar en cómo agrandar el grupo de gente que silenciosamente dudosa
hacían creer la inexistencia de la duda en personas enojosas.
Como referente del grupo estratégico de enojados ex
dudosos, me encargué de la convocatoria.
Cientos de postulantes se presentaron ansiosos y
fueron seleccionados de acuerdo a sus niveles de miedo, enojo y duda.
Creamos el Club Enojados para Nada Dudosos (CEND) con
cuotas y servicios adecuados a las necesidades mentirosas de los socios
creyentes de su propio enojo.
La acumulación de nuestro principal recurso, el enojo,
provocaban la imposibilidad de resolver los conflictos. Cuando comenzaban a
surgir dudas de cómo realizar las actividades, éstas automáticamente se
convertían en enojos.
No pudimos salvarlo. El CEND fracasó envuelto en un
caos y con todos los miembros excesivamente enojados.
Hoy, paso mis días recorriendo las calles de la cuidad buscando sin motivo enojos.
La parte de mí oscura es cada vez más débil y
viceversa.
De vez en cuando me cruzo con algún integrante de
nuestro fracasado club.
Los miro, pero inmediatamente me enojo.
3 comentarios:
Perdonar hasta 70 veces siete
Tanto el seguir en cama , como las dos Lorenas y muchas otras cosas que he leído me han gustado.
Tu blog es :interesante, variado y ameno.
!Volveré!
Gracias Esteban por estar y bienvenido André. Nos estamos leyendo!
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