domingo, 22 de noviembre de 2009

Sin Selección Natural (SSN)

De repente es todo o nada. Sumergirme en expedientes celestes y rosas durante largos ratos. Subirme en micros y visitar su interior.
Dos caras de una misma moneda. ¿Dólar? ¿Yen? ¿Peso? … No, claro que no, la moneda es el Zahir borgeano.
Si soplo un globo aparece una flor, si soplo un micro aparece un expediente.
Hormiga viajera, pasajera en trance, ratos nómades.
Levantarme con la cabeza en el destino. Destino incierto teñido de colores divertidos.
Se producen escalofríos en el humor. Estar inquieta. Ser caracol que lleva casa a cuestas. Casita sin ruedas (debería ponerle).
Y en esa casa la necesidad para el vivir nómada. La selección de opciones. No hablo de Malthus y su selección natural, pero sí de ESA que hace decidir cómo vivir las horas.
Una vez se inundó. Un termo enojado abnegó mi casa sin rueditas. Agua, como en Paraná y en Santa Fé, tan mojado como no lo está Córdoba. Qué injusticia la disparidad acuática, algo así como una prueba natural de la pésima distribución de la riqueza.
Muchas caras. Multitudes embanderadas en colores de Pachamama y azules de ciudades sojeras. Música e instrumentos unidos por menores (pormenores).
Dinosaurios sentados en mesas con olor a viejo de ciudades litorales y pampeanas. Defensores de la plusvalía y el crédito fácil para el que tiene. Algunos juegan a hacer y otros hacen. Posibilidades de reinsertar.
La bandera en monumento, el río, el mar, un chaleco de polar que indica pertenencia.
Extremos climáticos. Exceso de calor de mediodía o exceso de viento salado nocturno.
Pasto alto, decadencia de una historia que ya pasó. Pasto corto, de una historia que no quiere pasar (a pesar de la sopa de calabaza sosa tan penosa como el señor canoso intentando usufructuar una tasa de interés subsidiada).
Enseñar, lo poco que se sabe, lo limitado que se aprende.
Trenes que siguen una vía marcada por el cause de un río.
El mal humor coquetea con el bueno. Fluctúan. Se producen en el stop del paseo. Del paseo inmoral (relativamente inmoral).
El agua sigue su protagonismo a donde sea. Numerosos espejos en donde se refleja mi espalda y el caracol sin rueditas que se encuentra en medio de la explosión interna.
Shh. Hay un micro esperando por rosas y celestes. Tienen cara y expanden sus manos abrazándome sutilmente. No los extraño nada, nada. ¿Y ahora? Ahora subirme en ascensores otra vez.
Tomáte un jarabe para la tos papelística y sonreí, que de agua y micros no siempre se puede vivir, excepto que seas una hormiguita viajera.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Viajes reales, viajes imaginarios, todos bonitos,con principios y con finales...conocer al otro, conocer a los otros, conocerme....
el termo se quiebra , el rio desborda, el agua llega a todas partes, las reales, las imaginarias...que lindo es llegar ( a ituzaingo) viajes cortos gente que desborda !!!! llegue!!!!!
mamuska

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