lunes, 24 de septiembre de 2012

Responsabilidad Social Empresaria (Pensamientos)

La siguiente reflexión fue desarrollada en el marco del Posgrado en Economía Social de la UBA, como propuesta de trabajo del Profesor Volpentesta de la materia Responsabilidad Social Empresaria (RSE). La misma fue depositaria de gran cantidad de oposiciones y disconformidades. Incluso nos rebelamos a presentarla en los tiempos propuestos. Finalmente, el malo siempre gana y la entregamos. 
Pero no cuando nos dijeron. Perdimos, pero dignamente.


Para comenzar con la reflexión debo decir que apenas supe de ésta tarea a desarrollar, imaginé que debía exponer un pre concepto. Desde ya que muchas veces pensé en qué era, afirmando por lo general en silencio, un montón de premisas que creía saber sin saber.

Como buena ciudadana de nuestro país suelo realizar afirmaciones sin tener sustento de conocimiento para lo que digo. Intento no hacerlo, soy muy observadora de no caer en ese facilismo. Es más, realmente creía que casi no lo hacía. Hasta ahora.
La RSE era (y puedo decir que aún lo es) todo un pre concepto. Una idea y un saber aleatorio me daba la valentía para opinar.

Mi Opinión pre conceptual sobre RSE
La verdad es que ya el origen me molesta. Es claro que cualquier empresa lo único que le importa es maximizar sus ganancias. ¿Y cómo hace eso? A costa del trabajador, del cliente y a favor de los dos o tres capitalistas que se llevan en dinero al extranjero, ya sean empresas nacionales y ni mencionar las  extranjeras. Por lo tanto, si pensamos en “responsabilidad social” estamos perdidos. El único motivo que impulsa la presencia de lo social es porque seguramente les dejará mayor utilidad que si no si no existiera. A ver, es evidente que la sociedad ha cambiado, que tantos años de extremo capitalismo han destruido tejidos sociales y eso finalmente repercute en la calidad de la mano de obra, en la confianza y en el consumo que realizan los ciudadanos. Un capitalismo que  expulsa compulsivamente a gente por fuera del sistema. Gente que hoy, probablemente, tiene pocas posibilidades de reinsertarse.
En ese marco decadente y polarizado, de futuro incierto y consecuencia de la crisis económica y social, la empresa no logrará llegar a los objetivos porque no serán suficientes sus ventas, así como tampoco podrá lograr el producto o el servicio adecuado, de calidad, si los trabajadores no están calificados o no están consustanciados con su tarea. De ésta  manera, continuar en el sendero en donde el eje es el accionista olvidando el resto del juego, pone en riesgo el futuro de las utilidades. Y perder dinero, es, por sobre todas las cosas, inadmisible.
Ahora, si la empresa comienza a pensar de manera distinta, intentando reconstruir de alguna manera relaciones o cubrir algunas necesidades, se pueden obtener muchos beneficios y un cambio en la percepción que tiene el ciudadano respecto  de cuál es el objetivo que las mueve.

Me encanta “Un sol para los chicos” porque  llevan un montón de juguetes y comidas y llaman por teléfono para donar desde 50 a 5.000 pesos o mucho más. Me encanta también porque no les importa solamente el rating o solamente el valor-minuto-programa en el aire, no, les importas vos,  que nada tenés, que todo te cuesta y todos nosotros que tenemos un poquito más nos vamos a sacrificar y solidarizarnos para darte lo que te falta, al menos por un rato. Ah! ¡Y además puedo hablar por teléfono con Pablo Echarri que es re lindo!

Más allá de la caricatura que es simplemente un ejemplo, se entiende que la acción social o la buena acción es una fuerte estrategia de marketing para cualquier empresa que lo desarrolle. De la misma manera, si se aplican políticas de construcción hacia adentro de las empresas, también permite un salto de calidad respecto de la productividad de los empleados. La sensación es que cuanto más buenos somos (o parecemos ser) más aceptados, más compromiso generalizado con la empresa,  mejores empleados,  más ventas y  por último, si a más gente le va bien, entonces vendemos más.
El concepto de “mayores utilidades producto de una mejor calidad de vida del ciudadanos” es la Responsabilidad Social Empresaria. Utilidades siempre primero.
Lástima que su existencia no es ni cerca altruista.
Lástima que se vendan como generadoras de ideas de bondad o solidaridad cuando esos conceptos son inexistentes.
Lástima que sea una adaptación a la época que valora un poco menos lo material.
Lástima que no sea una toma de postura frente a la vida, a la humanidad. 

Hasta aquí lo dicho. La opinión pre conceptual tiene características especiales. Supuestos erróneos, mucho desconocimiento, creatividad, libertad, audacia y  un fuerte sesgo ideológico que tiene profunda relación con las ideas propias y con la subjetividad en la interpretación.

Mi opinión conceptual sobre RSE
A veces llega el momento en que uno puede enfrentar los conocimientos. En éste caso, comenzar a entender y leer sobre RSE es una manera de introducirme en un mundo teórico desconocido. Cargada de mis ideas,  comencé a desarrollar el estudio de los lineamientos teóricos prácticos en la aplicación de metodologías relacionadas con responsabilidad social. No estaba tan alejada la idea de generar un cambio respecto de los vínculos empresariales con la  sociedad. La necesidad de buscar otras formas de relación, incluyendo valores hasta ese momento desvanecidos, era prioritario para la supervivencia.  No sólo implica la idea de pensar en “los otros” sino alienta un concepto de sustentabilidad y sostenibilidad a largo plazo, con políticas micro ambientales, incluso dentro de nuestra vida cotidiana. Un compañero definición de sostenibilidad como la idea de hacer las cosas de manera tal que los beneficios obtenidos hoy y nuestra generación no sean a costa de poner en riesgo de las futuras generaciones.  Y me pareció hermoso.
Entendí que es un movimiento de cambio internacional, que hay muchos países que están desarrollando las ideas de responsabilidad hace muchos años. Muchos más que nosotros. Comencé a ver cómo se aplica esa búsqueda de cambiar la cultura empresarial, de sentar bases para dar un salto de calidad dentro no sólo para con la sociedad sino para los propios empleados, clientes, proveedores y todos aquellos que de alguna manera u otra se vinculan con la empresa. Así conocí que existen métodos desarrollados y estandarizados a nivel internacional que desarrollan la idea del diagnóstico y la evolución. La identificación de  cuáles son las estructuras que deben modificarse o profundizarse.
En éste marco de búsqueda surgen  herramientas como los Reportes GRI (Global Reporting Initiative) que desde 1997 y formados por el CERES (Coalición de Economía Responsable del Medio Ambiente) y el PNUMA (Programa de Medio Ambiente de las Naciones Unidas) que apuntan a mejorar la calidad, rigor y utilidad de los reportes de sustentabilidad para que alcance un nivel equivalente al de los reportes financieros. Los reportes tienen una estructura de preguntas a cerca de la empresa, su cultura, sus vínculos con los actores que primero han sido establecidos como estratégicos. De manera anual en su mayoría, se desarrollan los informes de sustentabilidad que son una “memoria” social a cerca de los estándares a cumplir por la empresa.
En la misma línea encontramos al Instituto Ethos de Brasil, un fenómeno más local, que desarrolló gran cantidad de indicadores que permiten situar a la empresa respecto de su desarrollo de políticas de RSE, no sólo para el conocimiento de la ubicación de la misma en la escala evolutiva de desarrollo sino que permite reconocer los puntos de partida para modificaciones e implementaciones.
Tanto GRI como ETHOS son ejemplo de muchas herramientas que permiten el diagnóstico y que son impulsores de cambios empresariales en pos de promover el desarrollo sustentable. También existen otras herramientas que con similares objetivos apuntan a estandarizar a nivel mundial una nueva concepción de cómo hacer las cosas. Será tarea de estos días continuar entendiendo y conociéndolas.
Para mi sorpresa, la “cosa” era más seria de lo que pensaba. Hay muchísimos países en dónde se desarrolla la RSE con un alcance admirable, existen grandes desarrollos prácticos y teóricos a cerca de su aplicación, tiene desarrollo macro, pero también micro (Comenzar pensando en el Método PAL, ahorramos Papel, Agua y Luz). Se han desarrollado herramientas  que permite a la empresa que lo desarrolla situarse a nivel internacional dado el cumplimiento de los requisitos solicitados. La RSE está comenzando pero ya tiene bastante camino recorrido, más de lo que imaginaba. Eso me gustó.
Ya con un mayor conocimiento, que creo realmente escaso, es que de alguna manera sigo pensando parecido a mi idea pre conceptual. Tal vez algo más moderada, con la racionalidad que muchas veces da el saber. Las herramientas como GRI, Ethos son excluyentes. No puede cualquier empresa realizar y cumplir con estándares internacionales, ya que como se ha discutido no es “barato” desarrollar la RSE. Por lo tanto, quienes pueden avanzar son las grandes empresas y/o multinacionales. A su vez, esas mismas empresas lo hacen (es pre concepto) por motivos de marketing, con la idea de que “es lo que hay que hacer ahora” y a eso debemos sumarle la creación de fundaciones a través de las  cuáles se puede obtener ventajas impositivas y políticas. Luego, importa el porqué. El objetivo no es genuino en la mayoría. No se desarrolla RSE porque quieren una sociedad mejor, no.  Se desarrolla porque “conviene”. Y puedo gritar horas, enojada, pero… por qué no elegir pensar que de cien empresas tal vez cinco logren en el caminar, consustanciarse con la idea de la responsabilidad como una forma de vida más allá del marketing. ¿Por qué no? ¿Y si ninguna logra ser genuina, pero el desarrollo sustentable social y ambientalmente se logra, porque buscar su génesis? ¿Por qué enojarse con una persona que cree que “Un sol para los chicos es altruismo”? 
Son muchas preguntas, de largas respuestas y discusiones, de análisis profundos o superficiales. La realidad es que hoy es una herramienta y puede ser útil de muchas formas. Para la imagen empresarial, para las entidades que desarrollan tareas de ayuda social y con quienes las empresas trabajan, para los destinatarios de los beneficios, para los empleados que logran a veces reconocer  “al otro” aunque sea por coacción, para el medio ambiente, para el futuro.


Lo entiendo, lo digo, lo analizo.                                                                                                     Pero aún, no les creo nada.


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