jueves, 22 de octubre de 2009

Mermelada

Perdí mi llave secreta.
Endulcé las palabras agarrada al poste.
Describí círculos.
Miré el sol escupiendo magnolias.

De repente el sonido me detuvo.
Era la esperanza envuelta en lagañas.
Cabezas girando alrededor de un sapo.
Vomitando kilos de mermelada.

Un ciempiés miró por la cerradura.
El estupor destruyó la madera.
Un sinnúmero de orejas caídas.
Y yo, besando el cuento de las cajas rotas.

El árido frío envuelve las delicias.

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