lunes, 29 de septiembre de 2008

Apelando a tu imaginación

Uno, dos, tres, cuatro, cinco...., seis....
Ya está. Están todos. A ver... saco algunos de acá... pongo otros para allá.... Sí. Eso es. Ya estamos.
Sieeete, ocho, nueeve y diez. Bien. Pará.., éste está demasiado corrido. Veamos. Asi, si... claro... un poco más. Si. Ahora sí.
Once, doooce, trececatorcequince yyyyyyyy dieeciséis. Hermoso!
Esperá que me alejo. Acá está bien, a ver.... si. Está bien.
Sigo.
Diecisiete, diecioooocho, dieeeecinueeeeve y .... yyy.... yyyy ....
A donde está? No lo veo... che pará. Adónde está?
A ver si está aca....? no... no. Mierda! A ver, correte.
Daaale, levantate. Tiene que estar. Dejame ver, correte para allá. Dale!
No, no está. Pará, estaba. Estaba hace un minuto.
No puede ser, si lo dejé aca... noooo, no me digas.... ya sé.
Ya sé! Noo, lo que faltaba. Dale, acompañame. Sí, si ahí. Claro.....
Fue eso..... Y ahora? Cómo hago...? Dale, ayudá. Pará. Vení, agarrá de acá.
Sostené, si? dale, ahora. daaaaaaaale, fuerte, DALE! más fuerte.
ahhhhorra, dale.... dale....si otra vez... dale que ahí va... oooootra veeeeeeeezzz.
Sí, si.... yastaaa! ooooo, me cansé. jo, fufufff
Bueno, dale. Parate allá. Podes? Daale! Mirá, ya está.
Entonces sigo... diecisieeeete, diecioooocho, diecinueeeeeeve yyyyy ahí va, un poco más,
ya casi estaaaaamos... así.... yyyy veinte.
Uf, me cansé.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Florifauna

Un perro se rasca la cabeza con la pata.
Un elefante se sopla el lomo con su trompa.
Una avispa se pincha un ala.
Una babosa se arrastra.

Un pino pierde su punta.
Una enredadera se queda sin pared.
Una clavel se plancha los pétalos.
Una cala se hunde en su agujero.

El perro pierde su punta.
El elefante se queda sin pared.
La avispa se plancha los pétalos.
La babosa se hunde en su agujero.

El pino se rasca la pata.
La enredadera se sopla el lomo con su trompa.
El clavel se pincha un ala.
La cala se arrastra.

Un zoológico, un vivero y nada más.

viernes, 19 de septiembre de 2008

Mal humo

Mauricio se levanta por las mañanas y desayuna. Cada día disfruta de abrir la puerta de su casa y respirar el aire de la mañana Rosarina. Camina sintiendo que se el abre el pecho por respirar la brisa, que entra en su cuerpo y lo baña de pureza.
Mauricio no puede hacerlo más.
Cada mañana desde hace ya un buen tiempo, esa brisa matinal se transformo en humo. Un humo pesado y denso que recorre la ciudad sin pudor alguno.
Una foto. Hectáreas enteras infectadas de fuego. Pastizales furiosos con la pureza del aire. El viento. Ese viento que amigo del humo, sopla llevando a la ciudad el veneno gris.
Mauricio sabe que bien temprano es casi imposible respirar. La bruma se mezcla con el penetrante olor a humo. A veces el sol salva. El humo huye con el sol, pero se esconde, no se va.
Vecinos imprudentes. Entre Ríos quema sin lugar al reparo inmensos campos. Campos que se transforman en verdugos y provocan alergias o problemas respiratorios.
Mauricio sabe que no puede respirar la brisa, salvo que escape hacia alguna ciudad alejada a donde en donde el viento no llega o da alguna tregua.
San Pedro se da la mano, infectada de humo también parece no encontrar más que olor a humo.
Cumbres, marchas, planes de emergencia. Rosario-Victoria. Intendentes y secretarías de medio ambiente. Nada alcanza aún.
Ni la misma sociedad unitaria lo siente. Acá a lo lejos, dentro de la gran urbe de cemento capitalina no sabemos nada de Mauricio. Ni de su humo, ni de su alergia.
A mi no me pasa, entonces no pasa. Y así el humo nos tapa, los tapa, me tapa.
Cada mañana deja de ser mañana para convertirse en ayer. El ayer de los que no oyen, de lo que no oímos.
Mauricio existe.
El humo también.
Aunque no lo veamos.
Foto: Costanera y humo en Rosario. www.rosario3.com

domingo, 14 de septiembre de 2008

Palabras telarañas

Cada vez que salía del hueco, miraba la casa deshabitada y sufría el encuentro con las telarañas.

El hijo del hombre que sueña palabras describía contextos y miraba las redes que eran tejidas por grandes arañas con miles de patas que transformaban el hilo baboso en totalidad brumosa.
En las profundidades del hueco la oscuridad levantaba humo gris infectado de olor extraño.
Asomaba las orejas y miraba a esa gran araña que, entumecida por el calor, tejía hilos de hielo que se unían al humo gris y al humo seco.

El hijo del hombre escuchaba palabras sordas. Palabras telarañas.
Una red devolvía sin miedo el manto de una virgen que guiñaba el ojo y descubría hoyos llenos de telarañas y arañas de patas peludas mientras el sol salía sólo para encontrar al hijo del hombre que, sentado con las manos entrelazadas, contaba arañas peludas.
El hueco iluminaba la sombra.
Sombra de araña desarmada.

El hijo del hombre escupía hilos babosos y se convertía en orejas asomadas. Silencio de hijo y de hombre.
Arañas aplastadas por sus propias telarañas.


viernes, 5 de septiembre de 2008

En tren de actualidad

Por lo general uno tiene un hogar y segundos hogares desparramados según el tiempo y la distancia. Yo he tenido largos años un segundo hogar sobre rieles. El querido Sarmiento, ese transporte que une lugares tan distintos como parecidos. Once – Moreno ó Moreno – Once.
Desde mis incipientes 17 años comencé a transformar ese tren en parte de mi vida. Horas que si son sumadas llegan a ser meses enteros. Historias. Historias de tren.
Cada mañana, cada tarde y cada noche. Llegar a la estación, ver las largas colas frente a las boleterías, colas que parecen gusanos. Gusanos inquietos que se chocan entre sí para ganar territorio. Ser parte del gusano y llegar a la ventanilla para comprar un boleto. Boletero enrejado, espejado, impersonal. Ahora, cartulina. Antes, papel. Mucho antes, cartón. Historias de boletos.
El andén. Los bancos de metal frío. Cemento que predomina que alza pequeñas casitas transformadas en kioscos, cafés al paso y refugios contra el frío pero sin ventanas. Un árbol, o dos.
El banco, logro de pocos. Todo el resto de pie, maravillosamente perfilados hacia el costado. Nadie se para de frente. Y un punto fijo en el horizonte. Un punto que es imán para las cientos de cabezas que miran. Es ese lugar en donde la espera comunitaria prevalece sobre la individual. Ahí, justo justo, donde aparece el tren chiquito y lejano. Entonces los cuerpos comienzan a moverse y las caras se transforman. Un ritual la llegada, la subida, las puertas que abren y que cierran detrás del último rezagado que entró a los empujones. Y arranca hacia un destino conocido.
Si debo hacer un pequeño resumen podría casi afirmar que su función fue mutando según las mías. Funcionó de silla para estudiar o hacer cuentas de análisis matemático. A veces un sillón cómodo en donde leer un libro. Otras veces, sólo un espacio en blanco en donde la vista fija sobre el paisaje que pasa rápidamente se perdía. Mirar y no ver. O verse desde afuera y pensar en lo que se ve.
Olores a vino, a viejo, a gas humano y al otro, a transpiración a mal aliento.
Marginalidad y Gerente. Vendedor de alfajores y vendedor de autos en concesionaria.
Vidrios rotos, asientos rotos, luces rotas, puertas rotas.
Molestos señores y señoras gordotas que llevan ajos.
Tocada de cola y de lolas. Apoyadas varias y de todo tipo.
Y más olor. Ladrones de carteras, ladrones de celulares.
Once – Moreno, Moreno – Once
Hoy, se incendiaron vagones en Merlo y algo parecido en Castelar. Ayer fue Haedo. Mañana será alguna más. Gente enojada por malos servicios. Es real. ¿Gente enojada por malos servicios?
¿Así hacemos la revolución? ¿Oponernos al sistema incendiando un vagón y rompiendo kioscos? Tal vez lo sea. Pero no.
Creo en la revolución pero con sustento de ideas. Ideas que lleven a necesitar procesos de cambio. Dañar y creer que se hace la revolución es mentira si no se sabe que es la revolución o porque se hace. O a que nos oponemos, o si nos oponemos.
El tren se quema y todo pasa. Y nada pasa. Porque nadie quiere que nada pase.
Hoy, por la noche subí a uno de ellos.
Y pensé.
Historias de tren.
Foto: Estación de San Antonio de Padua. Medianoche. Soledad brutal.

A propósito de las SAD

Estos últimos días, los clubes son parte de la disputa ideológica que tiñe esta previa de ballotage presidencial. Frente a la reaparición de...